Esta es Songdo, la ciudad inteligente creada desde cero en Corea del Sur
Levantada desde cero en una inmensa porción de terreno ganado al mar, Songdo International City está inspirada en Nueva York y en los canales de Venecia, aunque en ellos navegan taxis acuáticos y no góndolas italianas.
Es verde y plana, por lo que permite moverse en bicicleta. Tienen estaciones de recargas para autos eléctricos y el sistema de cañerías y griferías impide que el agua potable se utilice en inodoros, usando aguas de residuo para esto. La población ya supera los 180,000 residentes pese a que solo está construida al 60 % y dentro de poco se abrirá el tren de alta velocidad que comunicara la ciudad con Seúl.
Cuando en 2003 empezó a levantarse la isla artificial en la que se asienta la ciudad, las compañías implicadas habían previsto un coste de US$40.000 millones. El plan maestro fue diseñado por el famoso estudio de arquitectura Kohn Pedersen Fox (KPF).
La estadounidense Gale International, la coreana POSCO E&C y la entidad pública de la ciudad metropolitana de Incheon -a la que Songdo pertenece-, se encargaron de la implementación de infraestructura avanzada y el desarrollo en las fases posteriores.
Su localización en el mapa, dicen los anuncios sobre la ciudad, le permiten acceso a un tercio de la población mundial en un vuelo de máximo 3 horas y media desde el aeropuerto internacional de Incheon. La ciudad vive de cara al parque central, un inmenso oasis con lagos, colocado estratégicamente en el corazón del proyecto urbanístico desde el principio.
Songdo nació con una filosofía clásica: es verde, tecnológica, una zona franca y una ciudad internacional. Muchas de sus innovaciones se adelantaron a su tiempo al proyectar estaciones de recarga para autos eléctricos o al impedir que el agua potable se utilice en los inodoros de la oficina.
Como grandes avances tecnológicos, las casas reflejan en un panel el consumo eléctrico al minuto, existen cientos de cámaras que permiten saber cuántos coches han cruzado el puente que conduce a la ciudad y el tráfico se ordena a través de un centro de control.
Otras de las cosas que llama mucho la atención es su forma de reciclar. Un mecanismo aspira los desperdicios directamente de las cocinas y los canaliza por una vasta red subterránea de túneles hasta el centro de procesamiento, por eso por la ciudad no se ven hay camiones de la basura ni grandes contenedores.
Songdo definitivamente contrasta con las viejas y decadentes ciudades del resto de Corea del Sur.