5G y ciberseguridad
La ciberseguridad de las redes de telecomunicaciones es una responsabilidad compartida entre operadores móviles, desarrolladores de tecnología, de aplicaciones, plataformas de Internet, organismos internacionales, reguladores, gobiernos y usuarios.
La prohibición y exclusión de empresas como las chinas Huawei, ZTE y otras de los despliegues de redes 5G en algunos países como Canadá, es la decisión menos afortunada en un entorno digital de múltiples participantes, con un ADN colaborativo y con requisitos de ciberseguridad cada vez más estrictos. La carrera hacia 5G está en marcha y países como Estados Unidos, China y regiones como Europa quieren ganarla, mientras América permanece rezagada.
Sin embargo, enfocarse retórica, política y comercialmente en Huawei enmascara y difumina el verdadero riesgo que implica la seguridad en 5G: la ausencia de una estrategia nacional de ciberseguridad, las inversiones limitadas, los despliegues apresurados, la falta de inspección y certificación de dispositivos de bajo costo.
Los más grandes y dañinos ataques cibernéticos a infraestructuras críticas, bases de datos y empresas de los últimos años han ocurrido sin redes 5G. Excluir la infraestructura de Huawei de las redes 5G no las vuelve más seguras; al contrario, crea un velo geopolítico de “tranquilidad digital” que distrae a los actores públicos y privados de las verdaderas amenazas y vulnerabilidades de Internet.
Es indudable que 5G representa un cambio hacia una nueva era industrial que hará a los países y las regiones más competitivas entre sí. 5G promete más velocidad, menor latencia, múltiples dispositivos conectados, pero también redes mucho más seguras.
A diferencia de las generaciones anteriores, las redes 5G tienen la característica de que son inteligentes. Gracias a sistemas de virtualización, Inteligencia Artificial y procesamiento en la Nube, tienen la capacidad de detectar y prevenir ciberataques. Están diseñadas en capas para no colapsar sino para mitigar los riesgos y recuperarse rápidamente ante ataques cibernéticos. La información crítica y confidencial se puede separar dentro de la red para su mayor protección y tratamiento. 5G monitorea en tiempo real la red, identifica incidentes, responde ante amenazas y procura la pronta y eficaz recuperación ante un ataque.
México debe asumir un liderazgo en materia de políticas públicas y estrategia de ciberseguridad, alejarse de las políticas restrictivas y adoptar un enfoque colaborativo, de responsabilidad compartida y procompetitivo para avanzar hacia un 5G nacional, social y realmente seguro.
Fuente: El Economista